El declive silencioso: ¿Qué pasa con nuestra salud bucal al pasar de la adolescencia a la adultez?

3 de septiembre de 2025 por
Jiovanny Morales
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La transición de la adolescencia a la vida adulta es un período de grandes cambios. Dejar el hogar familiar, comenzar la educación superior o una carrera profesional, y manejar finanzas personales son hitos que marcan esta etapa. Sin embargo, un estudio reciente, Fit Futures, arroja luz sobre un cambio menos visible, pero igualmente importante: el deterioro de nuestra salud bucal.

Este estudio longitudinal, que siguió a un grupo de jóvenes noruegos desde los 16 hasta los 27 años, revela una preocupante tendencia: nuestra salud oral, tanto la percibida como la clínica, empeora significativamente a medida que nos convertimos en adultos jóvenes.

El panorama de la salud bucal en la adultez temprana

Los resultados del estudio son claros. A los 27 años, la mitad de los participantes ya padecía de caries. En promedio, tenían 1.4 dientes cariados y 4.8 dientes empastados, lo que demuestra que la carga de la enfermedad se acumula con el tiempo. Aunque el gobierno noruego ha debatido la extensión de los servicios dentales subsidiados, argumentando que los jóvenes tienen una buena salud dental, este estudio muestra que la realidad es muy diferente. La necesidad de tratamiento en esta población es, de hecho, sustancial.

Un cambio en la percepción y los hábitos

A los 16 años, la mayoría de los adolescentes valoraba su salud bucal como buena o muy buena. Una década después, esta cifra cayó a menos de la mitad. Este cambio en la percepción está directamente relacionado con la salud dental real: aquellos que tenían una peor salud bucal clínica (más dientes cariados o empastados) eran los que se sentían peor al respecto.

Además, el estudio encontró un aumento en la frecuencia del cepillado dental (el 72% se cepillaba dos o más veces al día a los 27 años, frente al 65% a los 16). Sin embargo, este mejor hábito de higiene no fue suficiente para detener el avance de la enfermedad. Curiosamente, el aumento en el número de empastes fue mayor entre quienes tenían una salud bucal percibida como "buena", lo que sugiere que son ellos quienes acceden más a los servicios dentales.

Las barreras para una atención dental regular

Una de las conclusiones más importantes del estudio es el bajo uso de servicios dentales en esta franja de edad. A los 27 años, solo el 56% de los participantes visitaba al dentista con regularidad (cada 1-2 años). El 25% acudía solo para problemas agudos o nunca lo hacía.

Las razones detrás de esta falta de atención regular son reveladoras:

  • Razones financieras: Fue la barrera más común. La salud dental deja de ser gratuita o subsidiada después de la adolescencia, y los costos se convierten en un impedimento significativo. Los participantes que citaron el costo como el motivo principal para no ir al dentista eran quienes tenían la peor salud bucal.
  • Falta de prioridad o necesidad subjetiva: Muchos jóvenes que sentían no necesitar atención dental resultaron tener menos caries.
  • Ansiedad dental: Una barrera fuerte para un grupo más pequeño, pero con un impacto devastador en su salud bucal.

Conclusiones y recomendaciones

La transición a la vida adulta es un período crítico para la salud bucal. El estudio Fit Futures demuestra que el deterioro es real y que está impulsado por una combinación de factores clínicos, de comportamiento y socioeconómicos.

Nuestros hallazgos sugieren varias acciones clave para la salud pública:

  • Extender los servicios subsidiados: Prolongar el período de atención dental subvencionada podría derribar la barrera financiera, especialmente para quienes tienen mayores necesidades.
  • Abordar la ansiedad dental: El sistema de salud debe implementar estrategias específicas para las personas con ansiedad dental.
  • Enfoque integral: La salud bucal no puede verse como algo aislado. El estudio encontró una fuerte conexión entre la salud general y la salud dental. Una persona con una salud general deficiente tiene un mayor riesgo de tener una mala salud bucal, lo que sugiere la necesidad de una colaboración más estrecha entre médicos y dentistas.

En definitiva, la buena salud bucal no es un regalo que dura para siempre; requiere atención continua, especialmente en los años de la adultez temprana. Invertir en la salud dental de los jóvenes hoy es una inversión en una mejor calidad de vida a lo largo de toda su vida.

Jiovanny Morales 3 de septiembre de 2025
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